El placer de volar en globo ...

La aerostación es la forma más antigua de volar. Volar en globo es una sensación única, la de flotar en el aire de forma totalmente libre. La calma y el silencio os acompañan. Estáis viviendo una aventura emocionante con una vista de 360º.

El viento es el maestro de vuestro itinerario, empujando el globo y su equipaje a un destino indeterminado. Aunque la dirección y la velocidad estén controlados por “Eolo”, la altura la controla el piloto.

Así, con el quemador, expulsa una lláma de más de 5 metros para calentar el “voluminoso” globo y por supuesto subir en las alturas. El paisaje desde arriba es fantástico, todo parece miniatura, no hace frío y el aire es puro.

Dejando el globo esfriarse naturalmente, baja lentamente. Ahora, estáis volando a sólo algunos metros de los techos de las casas, los niños están impresionados de ver este “monstruoso” globo pasar con toda calma.

El piloto anuncia la hora de aterrizar. No más algunas maniobras ágiles con las cuerdas del “paracaida” y la cesta toca el suelo con suavidad. El globo se inmoviliza ... el sueño ya se ha convertido en una realidad.

Principio